ALEGRAOS CON JERUSALÉN

COMPARTILHE

2025-09-14 03:00:00

Alegraos con Jerusalén, gozaos con ella todos los que la amáis; llenaos de gozo con ella todos los que os enlutáis por ella.”


Isaías 66.10

Jerusalén es la ciudad del gran Rey y significa la Iglesia de Cristo, adonde seremos llevados después del rapto de los salvos. Sin embargo, es triste saber que muchos amigos, familiares y conocidos no vivirán en este lugar especial. Entienda: el impedimento para que alguien sea admitido en el Reino de Dios es no nacer de nuevo: Respondió Jesús: —De cierto, de cierto te digo que el que no nace de agua y del Espíritu no puede entrar en el reino de Dios. (S. Juan 3.5). ¡Crea, interceda por los perdidos y haga la obra!

Esta ciudad fue buscada por Abraham; sin embargo, por mucho que anduvo cerca de Dios, no tuvo el placer de encontrarlo mientras andaba en obediencia al Señor: «Por la fe habitó como extranjero en la tierra prometida como en tierra ajena, habitando en tiendas con Isaac y Jacob, coherederos de la misma promesa, porque esperaba la ciudad que tiene fundamentos, cuyo arquitecto y constructor es Dios.» (Hebreos 11.9-10). ¡Jerusalén será nuestra para siempre!

Durante mucho tiempo, los hijos de Dios lloraron, buscando una Iglesia fuerte que no se doblegara ante las mentiras de los demonios. La frustración era grande, pero tras la llegada del Salvador, las cosas cambiaron. Hoy, la Iglesia de Jesús es hermosa, llena de poder y sabiduría. Cuanto más intenta el enemigo refutar nuestra posición en el Hijo de Dios, más autoridad derrama el Señor sobre nuestras vidas. ¡Somos la Iglesia levantada para vencer!

El pueblo de Dios debe dejar de creer en el maligno. El Maestro habló del enemigo: Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. Él ha sido homicida desde el principio y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla, pues es mentiroso y padre de mentira. (S. Juan 8.44). ¡Solo el Señor merece crédito!

Regocijarse es tener el gozo del Señor llenando su alma de satisfacción y dándole la fuerza necesaria para alcanzar la victoria en sus batallas contra Satanás. Por lo tanto, nunca se deje engañar por un mentiroso. Escuche solo a Dios y tendrá éxito: No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia. (Isaías 41.10).

Este es el mandato del Padre: regocíjese con la Iglesia, alégrese por ella, y nada le faltará. Quienes aman a la Iglesia de Cristo reciben la unción de lo Alto. Aunque no entienda mucho, confíe en el Señor. Él nunca Le dará la espalda, sino que estará con usted en toda circunstancia. Porque Él es su Dios, le fortalecerá, le ayudará y le sustentará con la diestra de Su justicia. ¿Necesita más?

Finalmente, Dios continúa diciendo: «Llenaos de gozo con ella». Esto significa que en la Iglesia está el remedio para su dolor, la liberación de las tentaciones y la fuerza para encontrar y usar el poder para triunfar siempre. Rechacen los engaños del diablo, porque el tiempo del duelo ya pasó. ¡Dé un grito de alegría!

 

 

En Cristo, con amor,

        

R. R. Soares


La Oración de Hoy

¡Dios de nuestra alegría! Nos regocijamos en todo lo que nos revelaste en Tu Palabra, el mismo Señor Jesús, antes de Su venida a la Tierra. Al regresar al Cielo, Cristo se sentó en Tu trono y recibió todo el poder en el Cielo y en la Tierra. ¡Volverá a buscarnos!

Tu Iglesia está simbolizada por el valor que le das a Jerusalén, la ciudad del gran Rey. Quienes habitan en ella, viviendo a Tu sombra, oh Dios Todopoderoso, nada les faltará. Llena la Tierra de Tu gloria, Tu poder y Tu amor. ¡Solo podemos estar agradecidos!

Nosotros, que amamos a Jerusalén, Tu Iglesia, debemos llenarla de Tu alegría, nuestra fuerza. Antes, llorábamos por ella, clamando por Tu misericordia. Ahora, ya no lo hacemos, sino que nos regocijamos, porque las puertas del infierno no prevalecerán contra ella.