Quienes no creen en el Señor y quienes dicen creer en Él, pero no Le sirven, se pierden lo mejor de la vida. Esta actitud de independencia de Dios es, de hecho, un voto de confianza que otorgan al gobernante del reino de las tinieblas. Sin embargo, el Todopoderoso derrama sobre quienes viven en Su presencia la unción para comprender Su Palabra, a fin de que puedan apropiarse de lo que Él ha ordenado para que disfruten en esta vida y en la venidera.

Examinar la Palabra es el secreto que nos lleva a actuar como Jesús en todo, para que nuestras almas descubran cómo satisfacer todas nuestras necesidades. Quienes creen en el Señor reciben el poder para comprender las Escrituras. Solo podemos agradecer a Dios, el Soberano sobre todas las cosas, quien está disponible para quienes abren la boca para que Él los llene (Salmo 81.10).

En el versículo clave de este mensaje, el Señor afirma que ya hemos escuchado Sus revelaciones. Aun así, algunas cosas parecen lejanas e irreales para quienes las ven con recelo. Nuestra comunión con el Padre se da a través de Su Palabra. Nos da el poder de conocer el plan de redención de Dios. Sin embargo, a los orgullosos les gusta decir que no lo necesitan y que pueden vivir sin Él para siempre. Esto no refleja la realidad. ¡Vele y ore!

Los que meditan en la Palabra podrán, con la ayuda del Señor, anticipar las crisis. Aun cuando alguien diga que es imposible avanzar, transmitirán esperanza a todos, incluso a los que no viven en comunión con el Altísimo. Él quiere usarnos de manera amplia, verdadera y próspera, para que otros también crean en Jesús y disfruten de la vida abundante que Él promete (S. Juan 10.10b). ¡Crea, reciba y viva de una manera que cumpla con este llamado!

Sí, la Palabra declara que debemos proclamar las verdades divinas. Pero ¿cómo podemos hacerlo si no conocemos el secreto de la revelación? Bueno, eso no es cierto. Quienes escuchan al Señor, meditan en Sus enseñanzas y las siguen, se comprometen a compartir la Buena Nueva con los perdidos, para que sepan quién es Jesús y disfruten de la abundancia que Él trae. ¡Todo está en el Libro Sagrado!

El Señor nos ha hecho oír cosas nuevas y ocultas, cosas que desconocíamos. Así, estaremos a la altura del desafío de vivir en estos tiempos de adversidad. Nuestra obligación es creer lo que Dios dice y reflexionar sobre estas cosas nuevas y ocultas, cosas que nuestro entendimiento no había recibido. Somos siervos usados ​​por el Todopoderoso para dar a las personas la oportunidad de vivir el camino de la vida, lo que les permitirá compartir estas verdades con quienes les rodean.

Finalmente, es nuestra responsabilidad agradecer a Dios por Sus revelaciones. Así como el Ángel del Señor guió a Gedeón, debemos guiar a otros. La Palabra tiene poder, y a través de ella, Dios nos envía a ayudar a quienes saben poco o nada sobre cómo prepararse para vencer los ataques del maligno.

En Cristo, con amor,

R. R. Soares