El Señor es el único capaz de obrar maravillas a los que creen. Debemos enseñarles esto a las personas para que se beneficien de la capacidad del Todopoderoso. Él es la Verdad que nunca cambia, pase lo que pase. Los salvos pueden y deben confiar en la obra del Cielo en todo momento, siempre y cuando tengan una fe firme en la lucha del bien contra el mal, de la luz contra las tinieblas. ¡Actuando por fe, usted vencerá!

La bendición contenida en el versículo en estudio habla de cosas que el Señor crearía sobre las casas construidas en el Monte Sión, que simboliza la Iglesia de Cristo en la Tierra. Fue en este monte donde Abraham casi sacrificó a su hijo Isaac, y solo se detuvo porque apareció un cordero que Dios había provisto para ese momento (Génesis 22.1-13). Trate de vivir rodeado del poder divino para que nunca sufra daño. ¡El Señor siempre proveerá el Cordero!

La nube mencionada en el texto de Isaías representaba la presencia de Dios, quien nunca dejó de proteger a quienes esperaban en Él. Hoy, hay una nube sobre las vidas edificadas en el Reino de los Cielos, sobre quienes se han entregado a Cristo y han recibido poder divino para actuar en Su Nombre. No la ven los ojos humanos, sino que la sienten los corazones de quienes aman a Jesús y al Padre. Antes, impedía que el calor del día abrasara a la gente; ahora, nos protege del mal, pues nuestra lucha es contra las fuerzas del Infierno.

La oscuridad mostraba que el Señor estaba obrando; hoy necesitamos la seguridad que nos llega cuando escuchamos Su voz que nos abre la comprensión de un versículo. Así, podremos vencer cualquier batalla. Una vez arraigados en la Palabra del Señor, no temeremos los planes del enemigo. «No nos cansemos, pues, de hacer bien, porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos.» (Gálatas 6.9).

Incluso en un desierto donde vagan animales venenosos, solo necesitamos recordar las promesas hechas por Cristo, y el ejército del Infierno nunca nos hará daño. Somos el pueblo de Aquel que tiene todo el poder en el Cielo y en la Tierra. No importa el mal que intenten hacer contra nosotros; si estamos en comunión con el Padre celestial, declararemos la Palabra de fe para liberarnos.

El resplandor de llamas de fuego en la noche iluminará el espacio que se nos dio como herencia en Cristo. Entonces, podremos asumir nuestros derechos, poniendo orden en el nombre de Jesús. Creyendo firmemente en Su Palabra, nadie impedirá que la Iglesia del Señor avance al podio. Los salvos están destinados a vencer las fuerzas de la oscuridad.

Además de todo lo bueno que el Todopoderoso ha dicho sobre nosotros en este mensaje, Él ha declarado que nos brindará protección sobre toda Su gloria. Por lo tanto, nunca se dejen intimidar por el diablo y sus demonios, porque Dios ya ha prometido que preparará una mesa para nosotros en presencia de nuestros enemigos (Salmo 23.5).

En Cristo, con amor,

    R. R. Soares