HABLE SIN AVERGONZARCE

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2025-07-02 03:00:00

Hablaré de tus testimonios delante de los reyes y no me avergonzaré.


Salmo 119.46

Un día, un ciudadano de Galaad, tras sentir el toque de Dios, comenzó a orar y se preparó para ir al rey de Samaria a reprenderlo. No se apresuró, sino que se preparó para comparecer ante aquel rey farsante y prostituido. La reprimenda, digna de su error, llegaría. El corazón del profeta no temió lo que pudiera sucederle. Se dejó guiar por el Señor para cumplir esa tarea. El rey no entró en pánico, sino que tembló (1 Reyes 17).

Elías fue claro cuando le dijo a Acab que, si no se enmendaba, cerraría los cielos y no habría lluvia en esa tierra hasta que se permitiera. Ese rey debe haber dicho: «Como si no bastara los locos de Samaria, ahora viene este de Galaad a llamar mi atención». Él y su esposa habían intentado matar a los profetas que servían a Dios en el reino del Norte, pero el Señor les envió a uno que ni siquiera había sido profeta. El Altísimo confirmó la declaración de Su siervo y lo honró.

La sequía duró más de tres años. Ante esta situación, Acab ordenó que trajeran al “loco” de Galaad lo antes posible, pero Elías estaba en el “seminario” del arroyo Querib, donde Dios mismo le enseñaba. Quizás el profeta conocía el Salmo que estudiamos en este mensaje y su corazón agradecía la promesa de hablar ante reyes sin avergonzarse. Los siervos del Señor no pueden avergonzarse, pero muchos avergüenzan a quienes Dios les envía.

Elías se presentó ante Acab por orden de Dios y le dijo que llevara a sus profetas a ajustar cuentas en el monte Carmelo (1 Reyes 18). El rey obedeció al “loco” del Señor y se llevó a los 850 profetas que él y su esposa mantenían en Samaria. El profeta demostró la verdad: el fuego del cielo descendió y mató a los profetas de la maldad, haciendo que el Nombre del Señor fuera glorificado ante el rey. ¡Dios necesita personas que se dejen enseñar por Él!

No importa adónde le lleve el plan de Dios. Aunque sea a lugares oscuros, Él irá delante de usted, abriendo caminos que le darán la victoria sobre las obras del diablo. Hoy, nadie debe morir por su fe, sino ser llevado a la presencia de Dios para que se convierta. Este es el momento para que la Verdad cambie el rumbo del mundo, guiando a los pecadores al arrepentimiento y a la salvación. Así, pasarán de la muerte a la vida y experimentarán la plenitud en el Señor (Hechos 2.14-40). ¡Con Jesús, es así!

Dios busca entre Su pueblo a alguien para enviar a los perdidos, quienes necesitan verlo, así como a Su Hijo, el Salvador, y ser redimidos (Isaías 6.8). Los temerosos siempre tendrán excusas, pero quien ama a Dios con todo su corazón nunca cederá ante el miedo ni el insulto. Haga la obra como debe ser. Por lo tanto, levántese ahora y cumpla la tarea que le encomendó el Todopoderoso, y usted verá el gran gigante de la fe que llegará a ser. No podría ser de otra manera, ¡porque el Señor lo hará!

Un día, compareceremos ante el Padre y rendiremos cuenta de lo que hicimos con el mensaje del Evangelio bajo Sus órdenes. ¡Ay de quienes devuelven solo un talento sin haberlo empleado en ganar almas para el Reino de Dios! (S. Mateo 25.14-30). Debemos permanecer firmes en Cristo y mostrar el camino a la felicidad eterna a quienes luchan por la vida. ¡Dios es amor verdadero!

 

En Cristo con amor,

 

     R. R. Soares


La Oración de Hoy

¡Señor de la gran obra! Debemos hacer lo que nos has ordenado. Nos diste el poder y la unción para liberar a los que sufren, para que Tu casa se llene de vidas que se perderían si no hiciéramos nada. ¡Ayúdanos, Padre!

Acab aprendió la lección: vio Tu mano extendida sobre los falsos profetas y le dijo a su esposa que este era el camino. ¿Por qué no hacemos lo mismo con Tus órdenes y con la autoridad que nos concedes?

Queremos servirte plenamente, por eso Te pedimos: prepáranos y guíanos para cumplir Tu voluntad, mostrándoles a las personas que Tú eres el único capaz de salvarlas de este mundo corrupto. ¡Eres bueno y maravilloso!