NUESTROS CONSEJEROS

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2025-06-29 03:00:00

Pues tus testimonios son mis delicias y mis consejeros.


Salmo 119.24

Sabiendo que no seríamos capaces de entender si algo era bueno o malo, el Creador se puso a nuestra disposición para que aprendiéramos cómo proceder ante cualquier propuesta. Por nuestro bien, Dios nos hablará a través de Su Palabra, mostrándonos lo que está bien y lo que está mal, por eso necesitamos Sus testimonios. Ante cualquier problema, lo único que tenemos que hacer es orar a Dios y esperar a que surja la dirección correcta.

Con el tiempo, llegaremos a la misma conclusión del salmista que dijo que los testimonios del Altísimo eran su delicia. Sin embargo, si caminamos en la carne, no pediremos la guía de Dios. Los que nunca reciben el testimonio del Altísimo son los que no le escuchan. En cambio, los que son recompensados con la revelación divina hablan como el autor de este Salmo: se deleitan en obtener las confirmaciones de la Palabra.

La persona que acepta a Jesús como Salvador y Señor está dentro del plan de Dios para ser guiada por Su Palabra. Mire cómo respondió el Maestro a Sus discípulos cuando le preguntaron acerca de enseñar al pueblo en parábolas: «Él, respondiendo, les dijo: —Porque a vosotros os es dado saber los misterios del reino de los cielos, pero a ellos no les es dado.» (S. Mateo 13.11). No podemos prescindir de esta bendición; al fin y al cabo, cada revelación aumenta nuestro poder de decisión.

Las Escrituras traen una de las bellas declaraciones del rey David sobre su amor a Dios: «Me alegraré y me regocijaré en ti; cantaré a tu nombre, Altísimo.» (Salmo 9.2). Muchos hermanos quieren ser atendidos por el Altísimo en sus súplicas, pero nunca dicen nada como el rey de Israel, refiriéndose al Señor. Pues bien, nada es casualidad: quien demuestra que ama a Dios, ¡también es amado por Él!

Ser amado por el Todopoderoso significa tener y guardar los mandamientos contenidos en la Palabra. Jesús habló de esto: «El que tiene mis mandamientos y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ama será amado por mi Padre, y yo lo amaré y me manifestaré a él.» (S. Juan 14.21). Quien no se complace en obedecer los preceptos de Dios tiene pecados que confesar. ¡Vele!

Guarde todo lo que Dios le hace comprender cuando lea la Biblia. Así, disfrutará de los consejos enviados por el Padre celestial. Luego, con el paso de los días, se alegrará al llevar un papel a los servicios para anotar las enseñanzas importantes. De una hora a otra, será amado por el Señor, cosechando victorias en todas las misiones que se le confíen. ¡Dios es fiel!

Nuestra comunión con alguien se manifiesta cuando le damos algo y recibimos algo de él. Nada les faltará a los que guardan los testimonios, que son mandamientos para los cristianos. Desafortunadamente, mucha gente ni siquiera piensa en esto; para ellos, es como si Dios no existiera. Busque del Altísimo lo que tiene preparado para darle. Es sencillo tener Su amor continuamente. ¡Alégrese en el Señor! (Salmo 32.11)

 

        En Cristo con amor,

 

        R. R. Soares


La Oración de Hoy

¡Oh Dios! Estamos muy contentos de pertenecerte, de amar a Jesús y de ser amados por Ti y por Él. Reconocemos que, la mayor parte del tiempo, ni siquiera pensamos en Tu amor, cuidado y placer al tenernos como hijos Tuyos. ¡Padre, danos Tu testimonio!

Nos gusta oír que nos amas, nos cuidas y nos haces verdaderos siervos, pero no lo cumplimos. Por eso pecamos siempre contra Ti, pero no queremos vivir así. ¡Líbranos del mal que nos hace obrar mal!

Te seguiremos fielmente y agradeceremos Tus consejos y toques que suenan en nuestros corazones. A partir de hoy, Te alabaremos de verdad, ¡porque hemos sido perdonados y liberados!