Y ASÍ MURIÓ
COMPARTILHE
2025-12-04 03:00:00
Pero Jael, mujer de Heber, tomó una estaca de la tienda, y tomando en su mano un mazo, se le acercó calladamente y le clavó la estaca por las sienes, contra la tierra, pues él estaba cargado de sueño y cansado. Y así murió.
Jueces 4.21
Todos pueden tener un día glorioso o vergonzoso, pero no es Dios quien lo determina, sino la decisión de vivir por fe, que llega al corazón al escuchar la Palabra del Señor. La actitud de aceptar o rechazar la revelación bíblica definirá cómo viviremos y cómo partiremos de esta vida. Quien reciba la Palabra con alegría disfrutará de la fe que le permitirá tener éxito en su vida diaria hasta el momento de su muerte. ¡Presten atención a las Escrituras!
Por supuesto que Sísara entró en contacto con la Verdad a través de personas que le dijeron algo de las Escrituras que lo impactó, pero lo rechazó, eligiendo el camino equivocado, y esto determinó su futuro. El Creador es fiel a Sí mismo y a Su Palabra, por lo que nunca permitiría que nadie viviera en la oscuridad y dañara a otros sin darles la oportunidad de revisar su actitud y cambiarla. ¡Deténgase un momento, examínese, dese cuenta de cuánto Dios le ha estado hablando y siga Su dirección ahora mismo!
Escondido en la tienda de Jael, Sísara se dio cuenta de lo equivocado que había estado al ignorar las indicaciones de Dios. Jesús dijo: «Yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él y cenaré con él y él conmigo.» (Apocalipsis 3.20). A veces, muchos no aceptan el último consejo del Señor y prefieren morir lejos de Aquel que es amor y desea perdonar sus pecados. Así, ¡dejan esta vida para vivir en el reino del mal!
Honestamente, no sabemos si Sísara se arrepintió y fue salvo o no. Al recibir la leche de Jael, pudo haberse dado cuenta de lo mal que había actuado a lo largo de su vida y discernido que moriría por no haber seguido el buen consejo del Señor: «Escucha el consejo y acepta la corrección: así serás sabio en tu vejez.» (Proverbios 19.20). Si escuchó y creyó lo que la actitud de Jael le mostró, ciertamente no estará en el lago de fuego; de lo contrario, ¡se ha perdido para siempre!
Allí estaba una mujer que ejecutaría la muerte de quien había tomado malas decisiones durante toda su vida. El Señor siempre tiene una disposición diferente a la nuestra. Dice en Su Palabra: «Diles: Vivo yo, dice Jehová, el Señor, que no quiero la muerte del impío, sino que se vuelva el impío de su camino y que viva. ¡Volveos, volveos de vuestros malos caminos! ¿Por qué habéis de morir, casa de Israel?» (Ezequiel 33.11). ¡Dios es el Señor!
Quizá usted crea que será salvo en el último minuto, pero eso no garantiza que finalmente se le conceda misericordia. Sísara cayó en un sueño profundo y murió en ese estado. Si la bondad transmitida en el vaso de leche que Jael le dio fue aceptada como la voz del Señor —que posiblemente ya le había sido revelada, pero fue rechazada varias veces—, Sísara se salvó. Sin embargo, si continuó en su maldad, se fue sin experimentar el amor divino. ¡Examínese ahora!
Conviértase a Cristo y viva plenamente, pues el Juez de la Corte Suprema de Apelaciones le mira para darle vida eterna. Abra su corazón, arrepiéntase, hable con Dios sobre sus transgresiones y pídale perdón. No sabe cuándo será su último aliento. ¡Diga sí al Padre celestial!
En Cristo, con amor,
R. R. Soares
La Oración de Hoy
¡Señor del destino eterno! Muchas personas viven como malvadas, pero ahora dicen que aceptan Tu invitación al arrepentimiento. Te agradecemos por darles la oportunidad de ser felices desde hoy, en la Tierra y más tarde en el Cielo. ¡Libera a quienes han aceptado la vida con Jesús!
Debemos comprender que no Te complace la muerte de quien aún no Te conoce. Por eso, ofreces perdón y salvación a todos, sin importar su sabiduría o ignorancia. Quien Te acepta es sabio, pues aprovecha la oportunidad de ser feliz por siempre.
Sería bueno que todos aceptaran a Jesús como Salvador y Señor. Él ya pagó el precio por la salvación incluso del peor pecador que vive en este mundo. Tu amor abraza a los contritos de tal manera que ya sienten la alegría de ser redimidos por Ti. ¡Estamos agradecidos por Tu gracia!
