DOS DESEOS DE DIOS

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2025-05-16 03:00:00
El cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad.
1 Timoteo 2.4
El Espíritu Santo usó al apóstol Pablo para revelarnos dos deseos de Dios, para que Sus hijos no erraran en declaraciones deficientes de la Verdad, condenando a personas usadas por el diablo para cometer crímenes de todo grado, incluyendo aquellos que escandalizan incluso a los pecadores más empedernidos. Con esta revelación que viene del Espíritu Santo no tendremos el coraje de decir que alguien es irredimible. ¡Hacerlo bien de ahora en adelante agrada al Señor!
El Todopoderoso sabía que Caín mataría a su hermano y le advirtió que el pecado acechaba a la puerta, pero él no prestó atención y continuó con malas intenciones en su corazón. Así también los amantes del adulterio sienten que no deben provocar a una persona, pero, como han cedido al diablo, quieren poseer a alguien que no les pertenece hasta que se descalifican de la vida eterna: No os engañéis: ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los homosexuales, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores heredarán el reino de Dios. (1 Corintios 6.9b-10). ¡Escuche la voz de Dios!
Así actúan los otros nueve grupos mencionados en el versículo anterior. Para su vergüenza, dolor y pérdida, caen en las trampas tendidas por el enemigo. Después de pecar, en lugar de arrepentirse, algunos dicen que tales transgresiones son cosas del pasado. Son capaces de defender prácticas erróneas y, aun conociendo las consecuencias físicas y emocionales, desearían que más personas actuaran de la misma manera. ¡Mire lo que le pasó a Sodoma! (Génesis 19).
El diablo actúa desesperadamente para corromper a la humanidad y gana adeptos incluso en los tribunales de justicia, para tratar de avergonzar al Señor. Esto solo puede venir de alguien mentiroso. Dios no tiene parte en el pecado de nadie. Conociendo el destino de los que no se enmiendan, el Señor advierte que desea la salvación de todos.
El maligno utilizó al sobrino de Abraham, Lot, quien durante mucho tiempo contendió con el pueblo de Sodoma y las ciudades circundantes para que abandonaran su pecado, pero al final le dieron la respuesta: —Vino este extraño para habitar entre nosotros, ¿y habrá de erigirse en juez? Ahora te trataremos peor que a ellos. (Génesis 19.9a). Los inveterados resisten a casi todo, excepto al Espíritu Santo (1 Corintios 6.11). ¡Hay esperanza para los sinceros!
Nuestra predicación debe estar abierta a todos, porque Jesús pagó con Su sangre la salvación y el perdón de aquellos que se dejaron engañar por las fuerzas del mal. Porque Él es nuestro Padre, el Señor se regocija cuando un pecador se arrepiente (S. Lucas 15.10), porque sabe que esa persona sufrirá eternamente si no regresa a Él. Dios está dispuesto a perdonar a quienes no han hecho lo recto, pecando contra su propia felicidad eterna.
Además de salvar a los pecadores, Dios desea que ellos lleguen al pleno conocimiento de la Verdad, para gozar de los derechos de los hijos de Dios como participantes de la vida abundante traída por Jesús, de las respuestas a las oraciones hechas en Su Nombre y de la felicidad en Su Reino, donde no habrá pecado. ¡Crea!
En Cristo, con amor,
R. R. Soares
La Oración de Hoy
¡Dios de la felicidad eterna! Es triste ver personas inmersas en el pecado cuando podrían ser verdaderas bendiciones. ¿Por qué muchos no quieren servirte? ¡Además de vivir mal, sufrirán el castigo eterno!
Tú eres la Verdad, y quien Te conoce queda libre de toda iniquidad que haya hecho sufrir a la familia. Por eso pedimos sabiduría y unción para arrebatar las almas del fuego y de la vergüenza. ¡Son personas calificadas, pero destruidas por las mentiras del diablo!
Oramos por aquellos que aún no tienen abiertos los ojos de su corazón y viven como si todo lo que Tú dices fuera mentira. ¡Ellos necesitan saber que Tú amas a los que son salvos, lavados en la sangre y el amor de Jesús, santificados por el Espíritu Santo y absueltos de sus pecados!