Solo hay un camino al Cielo: Jesús, como Él mismo lo reveló. Jesús le dijo: —Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie viene al Padre sino por mí. (S. Juan 14.6). Quien quita una revelación de la Biblia, negándola o añadiéndole algo, se aleja del único Camino que conduce al Padre. El Señor no dice que luchará con quienes no creen en Él, pero advierte que cualquier decisión de rechazar la Verdad significa ceder a la mentira: el diablo.

Cuando nada había sido creado en el mundo, el Hijo coexistía con el Padre. Las Sagradas Escrituras mencionan al Mesías: En el principio era el Verbo, el Verbo estaba con Dios y el Verbo era Dios. (S. Juan 1.1). Toda determinación del Padre, el Hijo la cumplió: Todas las cosas por medio de él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho fue hecho. (S. Juan 1.3). Jesús es una de las personas de la Santísima Trinidad y es responsable de la creación.

Tenemos un objetivo en la vida: poner los ojos en el Salvador, para que seamos bendecidos y podamos vencer todo lo que venga contra nosotros. Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios. (Hebreos 12.2). El que se desvía hacia la derecha o hacia la izquierda, nunca recibirá la bendición, sino que se frustrará en la vida.

Los gálatas fueron enseñados por Pablo a servir a Cristo según los preceptos bíblicos. Ellos iban bien, pero pronto surgieron falsas doctrinas y el apóstol envió una carta que nos sirve a todos los que estamos en el camino del Señor. Dice esto en la carta: Vosotros corríais bien. ¿Quién os estorbó para no obedecer a la verdad? (Gálatas 5.7). Aquellas personas se alejaron de la vida y de la paz en Dios, dejándose llevar por quienes no tenían el temor de Dios. ¡Persevere hasta la muerte!

Ser alumno de la escuela del apóstol Pablo hizo un enorme bien a aquellos que sintieron el llamado de Dios al ministerio en sus corazones. Entre los que tuvieron este privilegio estaba Demas. Pablo mencionó a este hombre afortunado que, al ser probado, se dejó llevar por el mundo. El apóstol dijo: Porque Demas me ha desamparado, amando este mundo, y se ha ido a Tesalónica. Crescente fue a Galacia, y Tito a Dalmacia. (2 Timoteo 4.10). ¡Haga la obra!

Tarde o temprano seremos probados, y si nos inclinamos hacia la derecha o hacia la izquierda, desviaremos nuestra atención del plan de Dios. De esta manera no miraremos al Señor, sino al enemigo, que ya ha comenzado a derrotarnos. Jesús declaró: Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción, pero confiad, yo he vencido al mundo. (S. Juan 16.33). ¡Mire al Salvador!

Finalmente, el apóstol dijo que debemos apartar los pies del mal, refiriéndose a los malos pensamientos que deben ser desechados inmediatamente. Ahora bien, cuando escuchamos a los siervos del enemigo, pasaremos por aflicciones, porque todo lo que viene del diablo mata, roba y destruye (S. Juan 10.10). ¡Manténganse firmes en su fe en Cristo!

En Cristo, con amor,

        R. R. Soares