Desde el punto de vista bíblico, Israel es el centro del mundo. Cuando Dios lleve a Su pueblo a casa, todos los que vengan de occidente serán como aves veloces, porque se habrá producido la restauración de Israel. Tal acontecimiento sacudirá a los que se han mezclado con la cultura del mundo y sus doctrinas filosóficas liberales y distorsionadas. Les hará entender lo que Israel representa en el contexto mundial.

La profecía fue dada para el futuro - nuestro tiempo. Todos ellos vendrán como palomas del este, un lugar de misticismo y violencia contra aquellos que rechazaron a Jesús. Las palomas y sus rituales religiosos temblarán ante lo que el Señor hará en el momento de la restauración de la Verdad. Ellos, que eran como errantes, apoyándose en cualquier lugar para sobrevivir, ¡volverán a sus casas!

Las promesas conquistadas por Abraham están destinadas a los remanentes que habitarán en ellas, mostrando que la bondad del Señor no ha terminado, y así han sido preservadas por mandato divino. Todos acudirán a Dios como las aves que no tienen esperanza de volver a casa. Sin embargo, sabiendo que Aquel que fue despreciado está con ellos, ¡se derramarán en Su presencia y serán acogidos como hijos amados!

Egipto ya no será un lugar de deshonra para el pueblo de Dios, porque la noche que parecía interminable habrá pasado. Entonces, los que hayan despertado del gran sueño recogerán sus sueños hechos jirones y se volverán hacia Aquel que los hizo vecinos del gran amor que el Señor les ha reservado en los últimos tiempos. ¡Es hora de que José descifre ante el faraón los misterios que guarda el Todopoderoso!

Es hermoso ver a los egipcios llegar como aves, buscando refugio en el Creador de las oportunidades que se les mostrarán. Él mismo ha ido a refugiarse en la tierra del Nilo, y ciertamente quiere pagar la cuenta del refugio que ha recibido. No hay nada que temer ni hacer, solo reconocer que esto ha sido hecho por el Señor y que es maravilloso a nuestros ojos (S. Marcos 12.11). El vaso de agua que le dieron le será devuelto con toda clase de bendiciones en los lugares celestiales.

Del Este, los de la tierra de Asiria, también vendrán como una paloma cansada de hacer lo que no debía, y por ello han sufrido mucho. Las casas preparadas para ellos son sus moradas. También ellos son preciosos a los ojos del Señor y por eso serán bienvenidos. Esta es la obra que el Altísimo hará en nuestros días, cuando Sus manos actúen con poder y sabiduría, ¡para que no falte nadie en la gran congregación!

El Señor es tremendo en Sus planes eternos. Los hombres que los rechacen solo experimentarán un dolor indeciblemente severo. Ha llegado el gran momento de que todos reconozcan que la voluntad de Dios debe ser aceptada tal como Él la ha determinado. ¡A Dios sea la gloria y la alabanza! Ninguna de las palabras del Altísimo ha fallado. ¡Alabemos con amor al Padre celestial!

En Cristo, con amor,

R. R. Soares